Archivo mensual: abril 2013

Las subastas de tabaco de Lilongwe

El tabaco es la exportación más importante de Malaui. Los mercados asiáticos y europeos son los principales clientes de un producto que en 2012 produjo un volumen de venta de casi 80.000 kilos proporcionando un beneficio que superó los 175.000 millones de dólares. Así, el visitante que tenga la oportunidad de viajar a Lilongüe durante los meses de marzo a septiembre, temporada del tabaco, puede disfrutar de una visita a la planta de subastas a poco más de 15 kilómetros del centro de la ciudad.

El recinto de subastas, el más grande del país con capacidad de venta de casi 12000 fardos diarios, es todo un recital de números y apuestas. La cascada de precios que los subastadores conocen de carrerilla, como Whitman Cimbola quien con cigarro en mano lleva 28 años cantando los precios del tabaco, puede ser presenciada in situ. 

Hace unas semanas tuve la oportunidad de pasarme por las subastas y el resultado de la visita se publica hoy en Viajeros Urbanos: Las subastas de tabaco de Lilongwe

Planta de subastas de tabaco, Lilongwe.

Planta de subastas de tabaco, Lilongwe.


Liwonde, baobabs e hipopótamos

Hippo

Hipopótamo / (cc) David Davies

Las estrellas se asoman para compartir la noche que comienza antes de las siete en este mes de transición a la estación seca. El sol cae dejando un espectro púrpura combinado con azul y naranja. Los baobabs impasibles se echan a dormir esperando la aparición de la luna llena. Las siluetas de los ancianos árboles parecen gigantes escondidos en la oscuridad huyendo del fuego en el que caliento agua para preparar té.

Todavía era temprano, en mi campamento del Bushman´s Baobabs, para percatar el ruido de los hipopótamos. Estos abandonan el descanso acuático del río para salir a pastar en la noche. Sin embargo, pronto los podría oír entre los matorrales. El sonido de estos animales al comunicarse es ensordecedor. Parecieran estar quejándose de la presencia humana aunque en Malawi estén acostumbrados al hombre y no se vean amenazados por la caza furtiva.

El Parque Nacional de Liwonde con 548 km2 es relativamente pequeño en comparación con el de Nyika al norte del país. Declarado en 1979 es una de los atractivos de Malawi para poder observar atentamente a los animales en su hábitat como ocurre en la mayoría de los parques nacionales del país.

Aquí, estos espacios no están masivamente turisteados por lo que supone una ventaja para el visitante que quiera contemplar la rutina diaria de la fauna residente. Con las necesarias precauciones, en Liwonde por ejemplo, se pueden apreciar elefantes a un tiro de piedra o impresionarse con los antílopes que directamente miran a la cara.

Las mañanas en Liwonde comienzan temprano. El río Shire, único desaguadero del lago Malawi, se despereza entre la niebla y los cañaverales adquieren un aspecto fantasmagórico. En los alrededores del parque, el río inunda los terrenos proveyendo una enorme extensión de marismas ideales para hipopótamos, elefantes y cocodrilos. Antes de que el sol aparezca por detrás de la montaña Chinguni, colina grande en chichewa, los animales inician su camino al río. Este es el mejor momento, junto con las horas previas al atardecer, para realizar una excursión en canoa o hacer un safari motorizado o a pie.

Si se opta por la canoa, el visitante puede incomodarse con sólo saber que en las aguas estancadas habitan cocodrilos dispuestos a pegarse un buen desayuno. “Dos pescadores han muerto en lo que va de año” dice mi guía. A pesar del recelo es la mejor manera de aproximarse a una montonera de cabezas marrones y orificios nasales de color rosa. Ante cualquier situación incómoda, la pila se descompone en más de 10 hipopótamos que ven cómo su descanso se ve disturbado.

El avistamiento de aves también es sobresaliente cuando se está perdido entre las marismas. Liwonde es uno de los mejores parajes del país para los amantes de esta actividad.  El número de especies supera las 300 en una armonía de batir de alas, cantos y colores donde destacan el martinete común, el martín pescador pío, el guión africano o la garcilla bueyera. La lista es interminable y otros a resaltar pueden ser el cálao terrícola, la lechuza acuática, el tejedor o el obispo rojo también de la familia de los tejedores.

La opción de visitar el parque por tierra complementa la visita acuática. El safari es siempre una opción cómoda pero a pie puede percibirse el contacto con la naturaleza de otra manera. Más real quizás.

Entre los bosques de mopane, los antílopes alzan las cabezas entre los arbustos pendientes de cualquier movimiento. Para el visitante aquí es donde estos animales toman apellido: antílope acuático, impala y gran kudu son los distintos tipos de antílopes que residen en el parque. Siempre cerca de ellos, los fecóceros, parientes del famoso personaje de El Rey León, Pumba, corren alocados con sus colas mirando al cielo y los babuinos saltan de rama en rama.

Elefantes en el Parque Nacional de Liwonde

Elefantes en el Parque Nacional de Liwonde

Junto a esta fauna, y a pesar de que parque nacional merecería la pena simplemente por ser un espectáculo de baobabs e hipopótamos, Liwonde es la casa de unos 800 elefantes. A sus anchas, los paquidermos se bañan en las marismas, arrasan árboles a su paso en pequeños grupos en fila india o se pulverizan en sus baños de polvo.

Aunque pasear por el parque no es peligroso, se recomienda la contratación de un guía que conozca la zona y haga la visita más fructífera. Los depredadores levemente suponen un riesgo. Hienas y leopardos cazan de noche y viven en la montaña Chinguno, apartada de los caminos. La pasividad de los elefantes no debe menospreciarse y es prudente observarlos a cierta distancia mientras que el resto de animales simplemente correrá espantado de la presencia humana.

Por cierto, un león anda suelto pero es tímido y apenas se deja ver. El animal forma parte del programa de reinserción de especies que desde 1979 se ejecuta en Liwonde. El objetivo es recuperar los cinco grandes (león, leopardo, elefante, rinoceronte y búfalo) en un lugar que fue devastado por la caza furtiva. Así, ya se puede visitar un santuario de rinocerontes negros en el norte del parque y a veces se divisan cebras y búfalos aunque todavía permanecen ocultos entre los bosques.

Liwonde es un destino cada vez más atractivo en Malawi. Un lugar donde descansar rodeados de una fauna que continua su día a día ante los ojos de los visitantes.

Bushman´s Baobab, uno de los alojamientos en Liwonde

Bushman´s Baobabs, uno de los alojamientos en Liwonde


A vueltas con el cuerno

Rinoceronte negro / (cc)  Jasper van der Meij

Rinoceronte negro / (cc) Jasper van der Meij

El rinoceronte vive en un constante peligro debido a su extensa caza furtiva en Sudáfrica. El debate sobre la legalidad de comercio de su cuerno, considerado una pieza de enorme valor en las culturas asiáticas, vuelve a la agenda del país sudafricano que apoya esta medida con matices sin aclarar.

Hoy publico en Periodismo de viajes: A vueltas con el cuerno un artículo que recoge los últimos acontecimientos surgidos en Sudáfrica en las pasadas semanas así como las medidas propuestas para esta legalización.

De producirse un acuerdo, se paliaría el incremento de la caza furtiva de rinocerontes. Sin embargo, me surgen dudas ante un mercado basado en el engaño y que movería una vasta cantidad de dinero. En las culturas asiáticas se cree en las propiedades medicinales del cuerno de rinoceronte rechazadas por la comunidad científica. Así, muchas personas de Vietnam y China sufren la mentira y desembolsan sus ahorros apoyándose en una creencia cultural que pocos resultados médicos.


Henry Stanley, un huérfano en África

Gordon Bennet editor de The New York Herald recibe al corresponsal en España de su diario tumbado en su cama del Grand Hotel de Paris. La conversación es la siguiente:

– “Dónde cree que está Livingstone?

– Realmente no lo sé, señor.

– ¿Cree que está vivo?

– Puede que lo esté, puede que no.

– Bien, yo pienso que está vivo, y que puede ser hallado, y voy a enviarle a encontrarlo.”

Dibujo retrato de Henry Stanley / Helmolt, H.F

Dibujo retrato de Henry Stanley / Helmolt, H.F

El periodista es Henry Morton Stanley y pasaría a la historia por encontrar al explorador escocés a orillas del Lago Tanganika.

John Rowland, más conocido por Henry Stanley nace en el condado galés de Denbighshire en 1841.  Hijo ilegítimo, sus padres lo dejan a cargo de su abuelo quien lo manda a un internado. Con dieciocho años decide escapar buscando el sueño americano y embarca en un carguero que lo llevaría a Nueva Orleans.

Una vez en la ciudad del jazz, es acogido por Henry Morton Stanley, del que tomaría el nombre aunque poco tarda en encontrarse sólo debido a la muerte de su padre adoptivo poco tiempo después.

Stanley lucha en la Guerra de Secesión y en 1867 comienza a trabajar en el periódico de Gordon Bennet. Sería gracias a sus crónicas desde España lo que le llevaría a que el director de The New York Herald le propusiera la tarea de encontrar a David Livingstone del que no se conocían noticias en el Viejo Continente desde hacía meses.

Tras cubrir la inauguración del Canal de Suez, navegar el Nilo en su parte más septentrional, visitar Jerusalén, Constantinopla, Crimea, Bagdad y la India, llega el 6 de enero de 1871 a Zanzíbar. Stanley se inmersa en “el continente negro”, como el mismo denomina a África en una de sus novelas, durante tres años. En Ujiji, en 1871 pronuncia la famosa frase “Doctor Livingstone, I presume?” (“¿Doctor Linvingstone, supongo?”) al haber logrado el objetivo de su expedición.

Convertido en uno de los mejores cronistas del continente negro, emprende un segundo viaje a África en 1874. Desprovisto de sus labores periodísticas, demostraría que los lagos Alberto y Victoria son los suministradores de agua del Nilo una vez que los circunnavega en 1876. Además da valor a las hipótesis acerca del descubrimiento del origen del río dando razón a John H. Speke frente a las teorías de Richard Burton o del propio Livingstone.

En el Congo, al servicio del tirano Leopoldo II de Bélgica, la fama de Stanley se corrompe. Su ayuda al expolio congoleño y su ambición hacen que se calificado como Bula Matari, “rompedor de rocas”. Su carácter duro y su determinación superó en muchas ocasiones su figura de periodista y explorador.

Fue nombrado caballero en 1899 y moriría el 10 de mayo de 1904 cuando África le había otorgado el reconocimiento que siempre se le había negado.


El vino de Malawi

Ya estoy de vuelta de mi viaje y recupero un artículo que salió publicado el pasado lunes en Viajeros Urbanos de El País mientras andaba perdido por la meseta de Zomba, antigua capital de Malawi.

En Malawi, el vino no es cosa de uvas. En Europa no puede llamarse vino a esta bebida que produce Linga Wines, única producción vinícola del país, debido a que no proviene de esta fruta. Sus vinos, elaborados en la pequeña bodega a la espalda de su casa en el Área 3 de Lilongwe, son elaborados con otras frutas como la flor de Jamaica, mora, fresa o guaba entre otros.

Puedes conocer la historia de Margaret y Tim y de Linga Wines, en el siguiente enlance: El único vino de Malaui (sin uvas)

Tim y Margaret Ngwira, responsables de Linga Wines, elaboran en vino en una pequeña bodega situada a la espalda de su casa

Tim y Margaret Ngwira, responsables de Linga Wines, elaboran en vino en una pequeña bodega situada a la espalda de su casa